miércoles, 17 de julio de 2013

AL SUR DEL DUERO



Al sur del río Duero está prohibido cazar lobos. Al hacer esta afirmación surgen diferentes cuestiones. La primera es que, por qué a pesar de estar prohibido se sigue haciendo, quebrantando la ley, como ocurre en tantas otras cuestiones de este país. Y la otra, por qué el lobo no está protegido absolutamente en todo el territorio ibérico. En la historia que rodea a la protección del lobo hay cabida para todo: política, estigmatización, el negocio de la caza ilegal, lobos híbridos… Y como siempre, lo que lo domina todo: el dinero. Las vilezas del hombre que nada tienen o tendrían que ver con la naturaleza, son finalmente las que castigan y matan al lobo en España.



Al norte del río Duero se matan lobos impunemente. Para controlar la población que, se dice, causa estragos en el ganado, y por tanto, pérdidas económicas a los ganaderos. Nuevamente este hecho genera numerosas aristas. Por un lado encontramos al sector ganadero, que desde diferentes plataformas, aboga por la destrucción del lobo. O que si hay lobo “que la sociedad lo pague”. Lo cierto es que no hay ayudas económicas reales para el ganadero ante las bajas que los lobos pueden generar en los rebaños. El sector se encuentra ante la tesitura de tener que pagar una especie de seguro al gobierno de forma que éste pueda sufragar dichos daños. Y claro, no hay ganadero dispuesto a hacerlo. Sin embargo hay soluciones que pueden pasar por encima de la muerte y el dinero, aunque éstas parezcan dos barreras imposibles de superar. Los mastines adiestrados para la guarda del ganado, el vallado, la vigilancia nocturna, no dejar al rebaño suelto por la noche sino llevarlo al redil. Pero parece que reeducarse en hábitos que permitan la convivencia del hombre y el lobo resulta extremadamente difícil para ciertas personas.
Los problemas no acaban aquí. Quienes dicen que cazar al lobo es necesario (entre ellos nuestro Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el señor Arias Cañete que quiere que una especie en peligro -y emblemática de nuestra tierra- como el lobo ibérico sea considerada de interés cinegético) sacan a colación el peligro de los híbridos. Se habla de ejemplares mitad perro, mitad lobo, que atacan a los animales domésticos. Y que deberían erradicarse sin mesura pues, al fin de al cabo, no se trata de lobos ibéricos puros. Así que, dicho y hecho, batidas de caza y varios ejemplares muertos. Pero ¿cómo se diferencia a un lobo ibérico de un híbrido? Los biólogos han hablado y han dejado claro el hecho de que a simple vista resulta imposible diferenciarlos, pues, lo cierto es que el nivel de hibridación, en caso de haberse dado, es tan bajo, que la única manera de distinguir a dichos animales es mediante un exhaustivo y complejo estudio genético. Además el ya comentado bajo porcentaje de hibridación no supone una amenaza para la perpetuación de los genes del lobo ibérico como especie endémica. Entre otras cosas porque el contacto entre perros y lobos, al contrario de lo que nos han contado en las películas, es sumamente difícil. No olvidemos que, aunque semejantes, se trata de dos especies distintas. A parte de que ningún animal, híbrido o no, debería pagar con la muerte la irresponsabilidad humana.

Un incidente que deja en evidencia cuanta aberración rodea al lobo: en una de las batidas para el control de la población, promovidas desde los organismos públicos, se abatieron dos ejemplares en el Parque Nacional Picos de Europa (sí, habéis leído bien, “Parque Nacional”). Uno de ellos llevaba al cuello un collar con un transmisor. Se trataba del lobo bautizado por los científicos que lo habían marcado como Marley. En su día poder capturar, tomar datos de estudio, y colocar el transmisor a Marley para dejarlo posteriormente en libertad, costó al gobierno la friolera de 125.000 euros. El mismo gobierno que autorizó su asesinato años después. Otra noticia que al leerla no nos sorprende (que sí indigna) de la diligencia de nuestros dirigentes.
Y son más aún las sombras que acechan a este magnífico animal. Para determinados ricachones desalmados (y descerebrados, digámoslo) la cabeza de un lobo macho bien le puede hacer desembolsar 70.000 euros, dando lugar a una asquerosa y oscura trama de caza ilegal. Mientras, algunos ganaderos han caído presa de la conspiranoia y hablan de que los ejemplares híbridos han sido liberados intencionadamente, por alguna especie de mano negra,  sin más motivación que ¡dañar a su sector!

Lo cierto es que los errores del hombre, su codicia, y su crueldad sólo tienen una verdadera víctima: el lobo ibérico. Afortunadamente este animal, que aúna belleza y simbolismo de nuestro patrimonio natural (que es único y no existe en ningún sitio más) también cuenta con amigos entre los de nuestra especie. Asociaciones como Ascel, Acopo, Axena, La Plataforma Lobo Marley y otras más luchan todos los días por la protección y perpetuidad del lobo en la Península. Unámonos todos para que el aullido del lobo ibérico no cese jamás.

PARA SABER MÁS:
 http://www.lavanguardia.com/medio-ambiente/20130412/54372296129/caza-ilegal-lobos-sur-duero-enfrenta-ecologistas-administracion.html
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/08/31/actualidad/1346424136_891082.html 
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/05/25/galicia/1337976060_524532.html
 http://lobomarley.org/ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario